Quiénes Somos
Más que dulces, más que turrones, un legado que sigue vivo
Algunos negocios nacen de una idea. Otros, de una necesidad. El nuestro nació de algo más fuerte: de un legado que ha resistido el tiempo, el esfuerzo y hasta la pérdida.
Hace más de 150 años, nuestro bisabuelo comenzó a hacer dulces en una pequeña habitación de su casa. No tenía maquinaria, solo una chimenea, cuatro herramientas y un amor inmenso por lo que hacía. Con sus manos y su viejo arca de madera, llenaba su burro de dulces y recorría los pueblos de la Alpujarra, vendiendo lo que fabricaba con esfuerzo y dedicación.
Después llegó nuestro abuelo . Siguió la tradición, recorriendo caminos de tierra y cruzando montañas para llevar sus dulces a cada rincón. No importaban las distancias, ni el frío de la sierra, ni las noches sin descanso. Lo importante era que cada persona que probara uno de sus dulces sintiera lo mismo que él sentía al hacerlos: tradición y autenticidad.
En 1992, nuestro padre tomó el relevo. Fue él quien transformó aquel pequeño obrador en la fábrica donde seguimos trabajando hoy. Amplió el negocio, pero sin perder la esencia artesanal que nos define. Durante años, recorrió Granada y Almería con nuestra venta ambulante, llevando nuestros dulces y turrones a ferias, fiestas y mercados. Y, mientras tanto, nos enseñó a nosotros cada paso del camino.
Desde pequeños, la fábrica era nuestro segundo hogar . Aprendimos a hacer turrón antes de aprender a escribir.
Pedro Ibáñez:
Mi primera feria en solitario fue con apenas 12 años, atendiendo a los clientes como si llevase toda la vida haciéndolo. Pero lo más valioso fue lo que aprendí de nuestro padre: desde sembrar nuestras propias calabazas hasta confitarlas con paciencia, desde mezclar el caramelo para el turrón hasta atender a cada cliente con cercanía y respeto.
Él nos lo enseñó todo. Hasta que un día, nos tocó seguir sin él.
Un siglo de tradición y autenticidad
Seguir adelante no fue una opción, fue una promesa
En 2018, nuestra vida cambió para siempre. Nuestro padre falleció.
Nos quedamos al frente del negocio con solo 24 y 18 años. Y si hubo algo que nos resultó realmente duro, fue aceptar su ausencia en cada feria y en cada pueblo. No importaba la fecha ni el lugar, siempre había alguien que nos preguntaba por él. Y cada vez que dábamos la noticia, revivimos su ausencia.
Pero en lugar de rendirnos, miramos al frente. Porque sabíamos que si algo le hubiera dolido, sería vernos detenernos.
Hoy seguimos aquí. Chari, nuestra hermana es la maestra en la fábrica, asegurándose de que cada receta se haga exactamente igual que hace un siglo. Pedro nuestro hermano se encarga de la distribución, de que cada dulce llegue en su punto perfecto. Y aunque cada uno tiene su rol, cuando llega la feria o la venta ambulante, los dos volvemos a nuestras raíces : montamos el puesto y vendemos cara a cara, como siempre se ha hecho.
Nuestros dulces no son solo dulces, son nuestra historia
Cada rosco, cada turrón, cada bizcocho… Todo lo que hacemos mantiene las recetas tradicionales de nuestros antepasados. No hemos cambiado nada. No hemos industrializado el proceso. Queremos que cuando pruebes uno de nuestros productos,
sientas lo mismo que sentían nuestros primeros clientes hace más de 150 años.
Sabemos que en un mundo lleno de productos industriales, lo auténtico se pierde. Por eso, nosotros sugerimos hacer justo lo contrario: mantener viva la esencia artesanal , hacer las
cosas como se hacían antes y seguir recorriendo los pueblos para llevar nuestros dulces directamente a la gente.
Porque nuestros clientes no son solo clientes . Algunos llevan más de 50 años viniendo a por nuestros dulces. En muchos pueblos, ya somos parte de la familia. Nos reciben con los brazos abiertos, nos sacan la comida cuando estamos vendiendo, nos recuerdan los momentos vividos con nosotros a lo largo de los años.
Llevamos más de 50 años viendo a los mismos clientes volver, primero con sus hijos, ahora
con sus nietos. No hay nada más valioso que ver cómo lo que hacemos pasa de generación en generación, igual que nos pasó a nosotros.
El futuro está en nuestras manos, pero el pasado vive en cada dulce que hacemos
Podríamos haber tomado otro camino. Podríamos haber cambiado nuestras recetas, haber industrializado los procesos o habernos rendido cuando todo se puso cuesta arriba.
Pero no lo hicimos.
Porque hay algo que vale más que todo eso: el orgullo de saber que seguimos haciendo las cosas como siempre. Con nuestras manos, con nuestro corazón y con nuestra historia en cada dulce.
Queremos que nuestro negocio siga creciendo, pero sin perder su alma. Mantendremos nuestras recetas, nuestra artesanía y nuestras raíces. Pero también soñamos con que, en un futuro cercano, puedas encontrar nuestros dulces cerca de ti, en cualquier rincón de
España, sin necesidad de esperarnos en una feria.
Porque al final, de eso se trata: crear momentos inolvidables. Y si nuestros dulces pueden formar parte de los tuyos, entonces todo este esfuerzo habrá merecido la pena.
"Crea momentos inolvidables con los tuyos, porque nunca sabes cuándo dejarán de estar. Trabaja con pasión y ambición, pero sobre todo, vive la vida a tu manera. Que nadie te diga cómo tienes que vivirla."

Turrón Artesano
Aquí tienes tu turrón, hecho como siempre lo hemos hecho: con almendras seleccionadas y miel 100% pura de la Alpujarra y Tabernas. Formamos bloques de más de 50 kg, mezclando a mano cada ingrediente para que cada trozo que corté sea único, artesanal y lleno de sabor. También tienes nuestro turrón de chocolate, con chocolate puro y almendras, hecho con el mismo cuidado, solo para ti.
Roscos Tradicionales
Te mereces unos roscos hechos a mano, como los que hacían nuestros padres y abuelos. Cocidos al horno, nunca fritos, con aceite de oliva virgen extra de nuestra finca. Los de anís, bañados en merengue, y los de aceite, cubiertos de azúcar, llevan tanto cariño que hasta nuestros vecinos lo reciben cuando el aroma invade la calle.


Frutas Confitadas
Aquí tienes tus frutas confitadas, hechas con paciencia y dedicación. Sembramos nuestras calabazas, recogemos las peras de nuestros propios perales y de vecinos, y escogemos boniatos perfectos para confitarlos durante más de 20 días. Cada pieza está hecha pensando en ti, para que disfrutes un sabor auténtico y natural en cada bocado.
Bizcochos y Repostería
Sabes que un buen dulce puede alegrarte el día, por eso hemos preparado estos bizcochos y dulces con todo el cariño. El bizcocho de almidón de trigo, esponjoso y bañado en almíbar, se mantiene tierno por dentro y crujiente por fuera. Las medias lunas, rellenas de crema pastelera, también las bañamos en almíbar para darte ese toque dulce perfecto. Y la cuajada de almendra, suave y auténtica, te ofrece un sabor que solo lo artesanal puede darte.
